Es curioso lo de los nombres. A menudo relacionamos una cara con uno en concreto, porque esa persona nos recuerda a alguien, o porque simplemente "le pega" llamarse así (aunque en este punto puede haber opiniones diversas sobre la misma cara). A mi, según dicen, me pega llamarme Patricia. Dentro de lo que cabe no es un nombre feo, así que bien. ¡Pero no se te ocurra llamarme Raquel!
El caso es que, cuanta más gente conocemos, más poder creemos tener para generalizar y hacer "grupitos característicos" bajo un mismo denominador común, que ya puede ser el signo del zodiaco o el nombre de la persona.
A mí "me ha pasado" eso, el encontrarme bajo situaciones de relaciones similares, por un lado, con los chicos llamados Miguel, y, por otro, con los que, desfortunadamente para mí, responden al nombre de Óscar.
Y como siempre prefiero dejar lo bueno para el final, empezaré por ensañarme con los Ócares u Óscars, esos seres que a simple vista parecen inofensivos pero luego mejor alejarse...como dice un amigo, "siempre desde el respeto".
Resulta que Óscar con el que me cruzo, Óscar con el que tengo, como mínimo, una aventurilla digna de contar y reir hasta la saciedad en una fiesta de pijamas, de las que no entiendo por qué dejamos de hacer cuando llegamos a una edad... supongo que porque el nombre de Óscara no existe.
En fin, que además tiene una gracia añadida y es que con ese nombre siempre puedes resumir la historia o determinar a cuál de ellos te refieres diciendo "el Óscar a la mejor rotura de condón", "el Óscar a la mejor mudanza" o "el Óscar el mejor amigo de mi ex" (aunque esté no llegara a subir al podio). Yo cuando me encuentro con uno de estos ya tiemblo.
¿Y los Migueles? ¡Ay, los Migueles! Esos seres inalcanzables, tiernos, encantadores y, por lo general, de buen ver... Creo que queda claro a cuáles "prefiero".
Me asalta ahora una duda: ¿¿Y si me encuentro con un Miguel Óscar o un Óscar Miguel??. Siguiendo la norma, éste debería ser inalcanzable y problemático al mismo tiempo, supongo. Una rara mezcla de encanto, buena presencia y repulsión, ¿no?. ¿Y si, por el contrario, es sumamente alcanzable y encantador? Umm, creo que estos dos términos son incompatibles. Estoy confusa. Esto tengo que comprobarlo (me gusta el riesgo, qué le vamos a hacer), así que desde aquí hago un llamamiento para que si algún Miguel Óscar u Óscar Miguel me lee se ponga en contacto conmigo. Ya veremos si le doy un premio o me mudo a su casa.
Hegoa